Milei sugirió invertir en una criptomoneda que movió millones de

Se terminó la verdad dolorosa y se cambió por la mentira sistemática de los antecesores
Por: Sergio Marcelo Mammarelli
Abogado laboralista, especialista en negociación colectiva.
Ex Titular de la Catedra de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Autor de varios libros y Publicaciones.
Ex Ministro Coordinador de la Provincia del Chubut.
Las peleas entre políticos y ahora la pelea entre economistas nos terminan aburriendo a todos los argentinos por igual. Ese aburrimiento es mucho más doloroso cuando la gestión económica solo provoca hambre, desempleo y recesión, al menos por ahora.
Desde hace siete meses estamos asistiendo a peleas y disputas ideológicas, sin entender la realidad con datos más o menos objetivos. Frente a dos explicaciones de un fenómeno, la más sencilla es la que mejor explica la realidad. La otra es una fantasía y me parece que es lo que está comenzando a pasarle al Gobierno. Ojalá me equivoque por el bien de todos nosotros.
Para ver el tamaño de la estupidez, ¿basta con preguntarse dónde está la famosa victoria de la ultraderecha en el mundo que predica nuestro amado Milei? Recientemente en las elecciones de Francia e Inglaterra precisamente ocurrió lo contrario. Casi todos los países que pueden ayudar a la Argentina tienen un signo contrario a esa ultraderecha, léase, Alemania, España, Francia, Inglaterra, México, Brasil, Chile, Colombia, China, etc. y ninguno está en peligro de extinción.
Para ser claros, el Gobierno no nos está diciendo la verdad, comenzó a mentirnos o a disfrazarnos la verdad con fantasías.
El Plan económico hasta ahora, como bien lo define Miguel Kiguel es un “triple 0. Déficit, emisión e inflación”. El equilibrio fiscal o déficit 0 no tenemos duda que es una piedra fundamental para bajar la inflación y el Gobierno lo está haciendo bien. La emisión 0, es muy importante para el Gobierno que ideológicamente está aferrado a que la inflación es solo un fenómeno monetario. Aun cuando no creamos que ello es así, no hay dudas que la disminución drástica de la emisión colabora y mucho. El tercer pilar es inflación 0, que se conseguiría con los otros dos objetivos. Acá tampoco creo que sea así, pero el éxito en la desinflación es más que elogiable. Es claramente el mejor de sus logros y Milei está aferrado a ello como una verdadera tabla de salvación en un mar que rodea con malas noticias como por ejemplo la recesión que el propio INDEC anunciara con una capacidad instalada de la industria que trabaja a la mitad de sus posibilidades y un desempleo que la C.G.T no para de seguir denunciando y que las estadísticas reflejan mes a mes.
Hasta ahora, el triple 0 se va consolidando y es una muy buena noticia. Sin embargo, el Gobierno tampoco nos dice la verdad en sus logros, aunque aquí más que mentirnos solo exagera sus resultados. El equilibrio fiscal solo se está logrando con la famosa bicicleta de Melconian. No hay equilibrio, sino que no se paga y ya lo probamos la semana pasada con la deuda de más de 4 mil millones de dólares con las energéticas. También sabemos que el Estado va a seguir emitiendo, solo que intentan hacernos creer que la emisión se elimina luego con la venta de contado con liqui. Por último, todos sabemos que la inflación 0 es solo imaginación. El éxito de la desinflación nos ubicará en una tasa mensual en orden del 2 al 4%, que es una muy buena noticia, pero sabemos que será muy difícil de bajar más en el corto lapso. Esto no mantiene alejados de un país serio donde ese porcentaje es anual y no mensual.
¿Porqué el Gobierno no nos dice la verdad y nos miente en la cara, acusando al jefe del F.M.I. de actuar en connivencia con Massa y el Kirchnerismo en contra de la Argentina o denunciando un golpe por parte del mercado, culpando a Massa y el Banco Macro? ¿Qué necesidad tiene de comportarse como sus antecesores?
También el Gobierno nos miente como en viejas épocas, escuchando al Ministro de Economía Caputo con frases tan absurdas como que “la moneda fuerte será el peso y la divisa extranjera es una mala inversión”. Es casi lo mismo que volver a escuchar “el que apuesta al dólar pierde” de Sigaut, o frases de varios mentirosos famosos, como Alberto Fernández en 2022 “el dólar no es una preocupación” o como el mismo Macri en el 2008 “con el dólar no pasa nada” y debió reestablecer el cepo, o el mismo Kicillof “el dólar blue mueve menos que la quiniela”. A esas frases el Gobierno las refuerza con las palabras del vocero presidencial Adorni: “no nos ocupa el dólar o riesgo país, lo que nos preocupa y desvela todos los días hasta que terminemos de solucionar el problema, es el peso”. ¿Pero acaso “el peso no era peor que un excremento” en esa brillante definición poética del presidente Milei? En fin, qué lástima que se abandone ese compromiso de decirnos la verdad, aunque duela.
Porqué el Presidente Milei no nos dice la verdad y reconoce que está sufriendo el rigor de la desconfianza en la solidez de su programa económico, nada menos que de su esencia de ser de su gobierno, como es el mercado. Esta vez el Presidente no se enfrenta a la casta, sino a su mejor amigo, que desconfía de su plan económico y su pronóstico incumplido para fines de abril pasado en que “la economía crecería como pedo de buzo” en una nueva versión metafórica de nuestro futuro.
Si faltaba algo en este contexto, es un vertiginoso desorden político que no para. El único lugar donde la motosierra no se desacelera es en el gabinete. Ya lleva 55 funcionarios afuera desde que comenzó su mandato y ahora profundizamos sus diferencias con la Vicepresidente a raíz de su ataque de “argentinidad al palo”. Así lo expresó el propio Milei: ¿como no voy a estar furioso? Estoy recontra caliente. Arruinó todo. No se puede por una cuestión deportiva generar un quilombo institucional y diplomático. Se quiso hacer la populacha y arruinó todo…¡¡¡
Este cambio en la comunicación presidencial aleja a Milei de la gente, cuando más lo necesita. El Gobierno no está diciendo la verdad y de este modo se acerca al común de todos sus antecesores. Las verdades dolorosas son el atributo más destacable del Presidente que con un estoicismo increíble hemos sabido tolerar con muchísima esperanza.
Si el Gobierno piensa que mintiendo o disfrazando la verdad nos hará sentir mejor está equivocado. Muy por el contrario, no olvidemos que los gobiernos pueden convencer a la población de sacrificios, siempre que no sean demasiados dolorosos, como lo ha hecho Milei muy bien. También es cierto que ese sacrificio debe durar poco tiempo y se deben poder sentir los resultados de las mejorías. Mi temor, como ya lo he dicho varias veces es el mantenimiento de esa delicada ecuación: intensidad del dolor y su umbral de tolerancia, el tiempo de duración y qué beneficios, que mejoría nos traerá. Pareciera que la desinflación será sin duda la mejoría por venir. Mi duda es si la recesión, desocupación y mayor pobreza no nos termine arruinando el festejo como ya pasó en épocas de la convertibilidad.
Por último, me intranquiliza muchísimo el desapego de Milei por la libertad. Esta semana, como bien lo resaltó Nelson Castro, el Presidente rompió la máxima del mercado: La mano invisible del mercado fue frenada por la mano visible del Estado. Todo esto a veces se vuelve muy raro y me despierta recuerdos del pasado. Algo similar me ocurre cuando repaso aquella frase del inspirador de la libertad del Presidente, Benegas Lynch: “la libertad es el respeto irrestricto del otro basado en el principio de la no agresión”. Hermosa frase para un presidente que suele no respetar a nadie y agredir a todos todo el tiempo.