Provincias Unidas desembarca en la Ciudad y muestra músculo en

MINERIA DEL LITIO, ENTREVISTA CON EDUARDO GIGANTE
El turno del Litio en los planteos de los desarrollos mineros futuros para la región. Esta vez, entrevistamos al Ingeniero Eduardo Gigante, especialista en energía y minerales críticos, ex Director Nacional de Desarrollo Territorial en Litio y Baterías y asesor de la Secretaría de Minería en temas vinculados a minerales críticos.
Por Lic. Jordana Mrla / Especial para InfoSur
Siempre transitando el devenir de los anuncios relacionados con la minería que se siguen sumando en la agenda local, escuchamos recientemente la promesa del Litio en la provincia del Chubut, precisamente en la zona de Gastre. Claro que una mención de este tipo genera impacto, y transcurrido ello, nos llena de nuevas preguntas e inquietudes. Leemos títulos que resaltan oportunidades millonarias y empleo, pero ¿cuánto de esto es factible en lo inmediato o en lo próximo? ¿de qué hablamos realmente?
Por ello, en esa búsqueda de información conversamos con el ingeniero Gigante, con quién analizamos todo el contexto minero argentino y provincial, enmarcado en los anuncios que más nos han puesto a reflexionar en nuestra región: Uranio y Litio. Considerando que ambos han sido denominados estratégicos tanto a nivel nacional como global. En ese sentido, el uranio es un mineral crítico y estratégico ya que es necesario dentro de nuestras fronteras y es también requerido en el mundo para los proyectos nucleares en curso y operativos, el Litio, en cambio, hoy representa mayormente lo estratégico, ya que su explotación se centra en la exportación, a lo que Gigante agrega que actualmente somos grandes exportadores de litio, estamos en el quinto lugar, detrás del primero que es Australia, siguiéndole Chile, China y Zimbahue.
Sin embargo, a nosotros claro, nos interesa pararnos en la realidad cercana, la de nuestra provincia, aquella que se anuncia a kilómetros de aquí. El Litio no es escaso en la corteza terrestre, asique su presencia es factible y hasta esperable en muchos lugares de nuestro país. Si bien nuestra nación adolece de conocimiento de sus recursos en materia de potencialidad y cuantificación, existen suposiciones de su presencia ¿hasta dónde la producción no representa un sesgo en la concepción anunciada? Encontrar Litio es una cosa, hay hasta, por ejemplo, en el agua de mar, pero distinto es poder llegar a tener un proyecto que sea económicamente viable para explotarlo. Las concentraciones deben ser suficientes como para hacerlo económicamente factible, por ejemplo, en el caso mencionado del agua de mar, esta presente, pero no son tan grandes como para pensar en una posible explotación, comenta Gigante, agregando desde el anuncio hasta el desarrollo real, podríamos estar a muchísima distancia temporal, pudiendo pasar décadas e inclusive ni siquiera ser rentable su explotación. En el norte argentino, pasaron casi quince años desde el primer pozo exploratorio hasta el desarrollo de la minería que hoy conocemos.
Por otra parte, considerando la normativa chubutense en materia minera, y las prohibiciones de ella derivadas, resulta interesante abordar los métodos que se utilizan para hacer la producción de lo que se llama el carbonato de litio, que es lo que se está produciendo en la Argentina. Existen dos métodos empleados en los salares o en la salmuera, que es de donde se está extrayendo el Litio en nuestro país. El más conocido y desarrollado, se llama el método evaporítico o tradicional, que lo identificamos con grandes piletas de evaporación. El otro se llama método de extracción directa del litio que se hace por métodos químicos para su extracción selectiva dentro de la salmuera. Pero también existen dos fuentes de extracción de litio en el mundo: a través de la roca en un mineral que se llama espodumena, como ocurre en Australia, es decir minería tradicional: romper la roca; y por otro lado el que tenemos nosotros -por ahora- de evaporación de la salmuera que lo contiene.
Por supuesto, frente a todo este desafío, la escasa información aún, por estar acotado el tema a un anuncio que podría tan solo alcanzar la etapa de prospección, considerando que, sobre esta, faltan tres fundamentales: exploración inicial, exploración avanzada y evaluación económica preliminar; que sin ellas no hay pre factibilidad, y que tan solo las dos primeras, además de requerir inversiones millonarias, estiman como mínimo tres a cinco años de tareas, todo ello, cambiaría nuestra mirada. En principio, diluiría la expectativa puesta en empleo, divisas, exportaciones y demás aspectos que impactaron en su mención estridente y llamativa como fuegos artificiales en la noche. Noche metafórica que cruzamos con la pérdida de puestos de empleo y el retiro de nuestra compañía de bandera YPF SA de las áreas maduras de la Cuenca del Golfo San Jorge, todo ello atravesado además por la profunda crisis económica que azota a la Argentina, sin distinción de zonas.
Aun así, la mirada siempre tiene que estar puesta en las decisiones responsables y participativas del presente, que aseguren el bienestar y la calidad de vida futura del pueblo argentino. En un momento donde están prevaleciendo los anuncios en política extractivista, pensar en un marco normativo con regalías acordes, el desarrollo de nuestra industria con proveedores locales, el agregado de valor, mejores tecnologías que aseguren la preservación del medio ambiente y la sostenibilidad de los procesos, pero sobre todo entender nuestras necesidades presentes y futuras, sin perder soberanía sobre nuestros recursos estratégicos ni sobre nuestros minerales críticos, sigue siendo el desafío.
Aunque la discusión hoy pase por entender si es viable o no la extracción de Litio y Uranio, en los términos que se plantea, el conocimiento y análisis detallado de estos temas, puestos ni más ni menos que al servicio de la comunidad, debe ser una herramienta fundamental para empezar por lo menos a quitar el velo, y empezar entonces, a mirar lo que representa cada caso. Hoy el gobierno nacional, se limitó a abandonar las políticas públicas y las voluntades de desarrollos en el sector privado, que en la mayoría de los casos ni siquiera representan capitales nacionales ¿es el camino que deseamos transitar?