
ENERGÍA NUCLEAR, ENTREVISTA CON DIEGO HURTADO
Por Lic. Jordana Mrla / Especial InfoSur en Línea
En estos días, fue noticia la privatización de Nucleoeléctrica Argentina SA, como también lo fue el respaldo económico que EEUU ofrece a Argentina junto a otras que venimos analizando como la minería del Uranio, la paralización del CAREM y podríamos seguir.
Aprovechamos esta ocasión para entrevistar a Diego Hurtado, quien es doctor en física, fue vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), presidente de la Autoridad Regulatoria Nuclear y fue segundo Gobernador Alterno por la Argentina ante la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y miembro de la Comisión de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC). Hurtado, fue además miembro del directorio de la Agencia Nacional de Promoción de CyT en el MINCyT y Secretario de Planeamiento y Políticas de CTI en el MINCyT hasta 2023.
Venimos observando los eventos anunciados por el gabinete nacional que poseen repercusión local, poniendo foco en los objetivos estratégicos, y por supuesto nos preocupan las decisiones políticas del orden nacional, como es el caso de la empresa Nucleoeléctrica Argentina SA, sujeta a privatización con todo lo que implica para la política nuclear argentina. Política que, siempre fue robusta, se acompañó de desarrollos tecnológicos, investigación, ciencia, formación profesional y llegó a ocupar un desatacado lugar en Latinoamérica.
Mucho de lo que oímos y leemos hoy en día recuerda a la década del noventa. Este gobierno no está entendiendo cuál es el lugar del sector nuclear, o lo que es peor aún y más preocupante, no acierta en la dirección que le quiere dar, buscando privatizar hoy a la empresa más importante, nos cuenta Hurtado. Recordemos que Nucleoeléctrica Argentina SA, también conocida como NASA, es propiedad del Ministerio de Economía, CNEA y ENARSA y opera las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, siendo una empresa estratégica. Hurtado enfatiza que esto se da en un momento de recortes, de salarios vergonzosos, indicando que por ejemplo la CNEA que tiene las capacidades de desarrollo posee el 80% de los profesionales con salarios debajo de la línea de la pobreza, y a todo esto, se suman además, los anuncios de la minería del uranio. Argentina supo desarrollar hasta finales de los noventa minería de Uranio, en un momento en donde el mismo se usaba para completar la cadena de valor local, donde había desarrollo de tecnología, empresas dedicadas a ello en el territorio, construcción de centrales atómicas. Hoy solamente se plantea para exportar. Privatizar con todo lo que pasa y sin plan nuclear es una locura, porque no se está hablando de volver más robusto el sector energético nuclear en la Argentina¸finaliza.
Entonces, cuando escuchamos nuevamente el discurso del presidente hablando del plan nuclear nacional, los anuncios internacionales y en el medio de todo ese despliegue, el valor de las regalías actuales para el uranio si pudiera volver a explotarse, la privatización de la principal empresa del sector, el freno al CAREM, el anuncio improbable del desarrollo de nuevos SRM o pequeños reactores modulares tan solo a través de lo que representa el ACR-300 del INVAP hoy: una patente, un papel, sin desarrollo aún; nos preguntamos si con todo eso ¿hay plan nuclear? Nuestro gobierno nacional dice que Argentina se ganó la lotería mineral, y en esa apuesta compulsiva, están el litio y el uranio. Solo para ser exportados, sin valor agregado, sin plan, sin ganancia ya que la regalía hoy es muy baja, promoviendo la inversión privada, vendiendo a capitales seguramente extranjeros nuestras empresas estratégicas, y aquí de nuevo nos cuestionamos ¿eso queremos como nación?
La energía nuclear siempre fue desarrolladora de capacidades de tecnología de investigación. Hoy se está todo marchitando con un costo altísimo para nuestro país, cuenta el doctor Hurtado. Se propone la privatización de NASA sin causa ni excusa, ya que es una empresa que da superávit, más de $17.000 millones. En la misma lista esta ARSAT, con capacidades impresionantes, entonces uno se pregunta ¿por qué si está funcionando bien y genera trabajo para otras empresas, forma profesionales y es orgullo global? ¿cuál es el motivo de querer privatizarla? Mientras que el referente del tema, no deja pasar el otro punto: un proyecto de ley, que será discutido en la comisión de Ciencia y Tecnología del Senado, para proteger este sector estratégico¸ afirmando “por suerte los legisladores tuvieron un buen reflejo y hay dos proyectos”.
Nos ponen de ejemplo a EEUU cada vez que hablan de privatizar y del rol del estado. Sin embargo, se olvidan de explicarnos algo fundamental: EEUU no “extranjeriza” capacidades tecnológicas críticas o estratégicas, ni empresas de tal tipo, si las “privatiza” a capitales norteamericanos. Argentina “extranjerizó” IMPSA, la puso en mano de capitales norteamericanos, no la privatizó para que la comprara una empresa argentina. IMPSA ha desarrollado aerogeneradores y montado parques que por ejemplo ahora proveen de energía a Brasil. Más de 300 exportados a tal país del Mercosur. Ahora, seguirá el mismo destino anticipado Nucleoeléctrica Argentina SA, excepto que ese reflejo mencionado se convierta en efectivo.
Hablar de un plan nuclear sería volver a pensar en avanzar construyendo nuevas centrales nucleares, terminar el desarrollo del CAREM, volver a poner en marcha la planta industrial de agua pesada que se cerró en 2017 en Neuquén y que nos obligó a importarla para el abastecimiento de nuestras centrales, continuar con el desarrollo del reactor multipropósito RA-10, y claro que si, apoyar a INVAP para el desarrollo y comercialización del ACR-300. En un contexto de desarrollo nuevamente de capacidades humanas, de ciencia, tecnología e innovación, con presupuesto para ello. Todo contrario al plan que propone, anuncia y proclama el gobierno de Javier Milei.
Hoy todo lo que acontece implica perder soberanía. Y dice Hurtado, la Soberanía no es un símbolo ni un reclamo, sino que nos permite conservar los grados de libertad que necesitamos como país para desarrollarnos y generar bienestar en la gente. Eso solo se logra con ciencia y tecnología, algo que este gobierno ha olvidado. Tan solo para entenderlo tendríamos que detenernos a pensar en la pandemia y todo lo que hizo Argentina con los respiradores y los desarrollos de kit de diagnósticos que no faltaron nunca, los barbijos, etc. En una Argentina sin dólares para importar, pero que hoy tiene la primera vacuna para prevención del COVID hecha en Argentina.
Ojalá la pelea siga siendo por no mercantilizar la energía nuclear, por no perder más capital humano, más desarrollo, más ciencia y tecnología, pero sobre todo, para no destruir la robusta historia nuclear que posee la Argentina, siempre de la mano de la inversión pública, ejemplo en Latinoamérica, y de la que deberíamos estar orgullosos sin lugar a duda.